¿Sabías que las deudas médicas son una de las principales causas de bancarrota en Estados Unidos? Según un estudio de 2009, el 60% de las quiebras personales se debieron a facturas médicas impagables.
Esto demuestra que la salud no solo es un bien preciado, sino también un bien caro. Y no solo para los que no tienen seguro médico, sino también para los que lo tienen, pero se enfrentan a gastos que su póliza no cubre o que superan sus límites.
Si te encuentras en esta situación, no te desesperes. Hay formas de manejar las deudas médicas y evitar que arruinen tu vida financiera. En este artículo te vamos a dar algunos consejos prácticos para que puedas salir adelante sin caer en bancarrota.
Revisa tu factura médica con cuidado
El primer paso para manejar las deudas médicas es revisar tu factura con cuidado. Puede que haya errores, cargos duplicados, servicios que no recibiste o que tu seguro debería haber cubierto.
Si encuentras alguna inconsistencia, reclama al proveedor médico o a tu compañía de seguros. Puede que consigas una reducción o una eliminación de la deuda.
Negocia con el proveedor médico
El segundo paso es negociar con el proveedor médico. Muchas veces, los hospitales y las clínicas están dispuestos a ofrecer descuentos, planes de pago o condonaciones parciales o totales de la deuda a los pacientes que demuestren dificultades económicas.
No tengas miedo de pedir ayuda y explicar tu situación. Puede que te sorprendas de la flexibilidad y la comprensión que te brinden.
Busca ayuda externa
El tercer paso es buscar ayuda externa. Existen organizaciones sin fines de lucro, programas gubernamentales y fundaciones caritativas que pueden ayudarte a pagar tus deudas médicas o a negociar con los proveedores.
También puedes recurrir a un asesor financiero o a un abogado especializado en deudas médicas, que te orienten sobre tus opciones legales y tus derechos como consumidor.
Evita usar tarjetas de crédito o préstamos personales
El cuarto paso es evitar usar tarjetas de crédito o préstamos personales para pagar tus deudas médicas. Estas opciones solo aumentarán tu endeudamiento y te generarán intereses y comisiones adicionales.
Además, si no pagas tus tarjetas o tus préstamos, tu puntaje crediticio se verá afectado y tendrás más dificultades para acceder al crédito en el futuro.
Prioriza tus gastos y ahorra lo que puedas
El quinto paso es priorizar tus gastos y ahorrar lo que puedas. Para hacer frente a tus deudas médicas, tendrás que ajustar tu presupuesto y reducir tus gastos innecesarios.
También tendrás que buscar formas de aumentar tus ingresos, ya sea buscando un trabajo extra, vendiendo cosas que no usas o aprovechando tus habilidades.
Cada peso que ahorres o ganes será un peso menos que debas.
No ignores las llamadas ni las cartas de cobro
El sexto paso es no ignorar las llamadas ni las cartas de cobro. Si no pagas tus facturas médicas, es probable que el proveedor las envíe a una agencia de cobranza, que se encargará de presionarte para que pagues.
Esto puede afectar tu historial crediticio y tu tranquilidad. Lo mejor es responder a las comunicaciones y tratar de llegar a un acuerdo con el cobrador.
Considera la bancarrota como último recurso
El séptimo y último paso es considerar la bancarrota como último recurso. La bancarrota es un proceso legal que te permite eliminar o reestructurar tus deudas bajo la supervisión de un tribunal.
Sin embargo, la bancarrota tiene consecuencias negativas para tu crédito, tu reputación y tu futuro financiero. Por eso, solo debes recurrir a ella si has agotado todas las demás opciones y si estás seguro de que no podrás pagar tus deudas por ningún otro medio.
La bancarrota puede ser una solución temporal, pero no una permanente. Después de declararte en bancarrota, tendrás que trabajar duro para reconstruir tu crédito y tu salud financiera.
Conclusión
Las deudas médicas pueden ser un problema grave para muchas personas, pero no tienen por qué serlo para ti. Si sigues estos consejos, podrás manejarlas y evitar que afecten tu bienestar.
Recuerda: revisa tu factura, negocia con el proveedor, busca ayuda externa, evita usar tarjetas o préstamos, prioriza tus gastos, responde a los cobradores y considera la bancarrota solo como último recurso.
Así podrás salir adelante sin caer en bancarrota y recuperar el control de tu vida financiera.