La educación financiera en el trabajo es, hoy en día, una necesidad imperante. Cada vez más empresas han comenzado a ofrecer cursos, talleres y asesorías para mejorar las habilidades de sus empleados en temas de dinero y finanzas personales. Y es que los beneficios de invertir en la alfabetización financiera de los colaboradores son enormes.
Desarrolla hábitos financieros saludables que impactan su vida
Uno de los principales objetivos de implementar programas de educación financiera en el trabajo es ayudar a los empleados a adquirir hábitos que realmente mejoren su relación con el dinero. Aprender a crear y gestionar un presupuesto, manejar las deudas, ahorrar y planificar para el retiro hará una diferencia tangible en su economía personal.
Los buenos hábitos financieros que se fomentan, como gastar menos de lo que se gana, destinar un porcentaje del sueldo al ahorro, evitar deudas innecesarias y llevar registros de gastos e ingresos pueden cambiar totalmente la situación de una persona endeudada sin control o despilfarradora.
Disminuye el estrés y ansiedad para aumentar el rendimiento
Muchas personas sufren un alto nivel de estrés financiero por manejar sus finanzas de manera inadecuada. Esto frequentemente impacta su productividad en el trabajo. Es difícil concentrarse en hacer bien tu labor cuando tienes la mente preocupada en cómo pagarás tus deudas o cubrirás tus gastos del mes.
Implementar educación financiera mediante talleres, seminarios virtuales o presenciales, o por medio de material informativo reduce la ansiedad de los colaboradores al brindarles herramientas para tomar el control de su situación económica personal.
Promueve la lealtad y compromiso con la empresa
Las empresas que se preocupan por brindar este tipo de conocimientos útiles para la vida de sus empleados generan un vínculo emocional mucho más fuerte. Los colaboradores se sienten realmente valorados y cuidados.
Si gracias a la educación financiera que reciben pueden mejorar su economía familiar y pagar sus deudas, es menos probable que renuncien por un mejor salario. Se crea un círculo virtuoso de lealtad y compromiso con la organización.
Mejora las relaciones interpersonales y el ambiente laboral
Colaboradores libres de la carga emocional de las deudas o problemas financieros tienen, en general, un mejor ánimo en el trabajo. Esto se traduce en mejores relaciones interpersonales con jefes y compañeros. La educación financiera fomenta ambientes laborales más positivos y productivos.
Es una prestación apreciada que no implica grandes costos
Comparada con otros beneficios como seguros médicos, vales de alimentación o primas de producción, impartir educación financiera en la empresa no representa una gran inversión. Con un presupuesto relativamente bajo se pueden contratar excelentes proveedores de este servicio de capacitación.
Sin embargo, este beneficio es muy apreciado por los colaboradores y tiene un alto retorno social. Vale la pena considerar incluir programas de educación financiera en las prestaciones laborales que se ofrecen.
En conclusión, existen sólidos motivos para que toda empresa moderna y competitiva apueste por invertir en la educación financiera de su personal. Capacitar en finanzas personales trae enormes frutos en múltiples dimensiones.